Sale huyendo ESPORTILLERO y CALDERERO tirándole del brazo ESPORTILLERO: No le tengo de oír, ¿qué me porfía? CALDERERO: Pues tanto hará de oírme todo un día. ESPORTILLERO: ¿Un día? ¡Barrabás que fuera oyente! CALDERERO: Pues oígame seis horas solamente. ESPORTILLERO: Tal tentación de hablar, yo no la he visto. CALDERERO: Una hora me ha de oír, ¡jurado a Cristo! ESPORTILLERO: Suelte. CALDERERO: No hay orden. ESPORTILLERO: Hablador notable. CALDERERO: Déjeme despedir. ESPORTILLERO: Ni aun eso me hable.Suéltase, y vase CALDERERO: Pues esportillerito calvatrueno, vete con Bercebú a llevar lo ajeno, que para hablar una semana entera, bástame por oyente mi montera.Echa la montera y siéntase junto a ella Yo soy un hombre, hermano monterilla, el mayor hablador que hay en Castilla; y aprendí a calderero por hablar con las manos y el caldero, cuando voy, sin que nadie me replique, haciendo por la calle el triquetrique. Estoy enamorado, estoy perdido, más bien correspondido, que mi moza que en nada se entremete no habla más de con otros seis o siete; yo soy el uno, el otro es un barbero, el otro este corito esportillero, que por ella se endiabla; uno sirve, otro tañe, otro habla, ninguno la regala, y a todos nos envía noramala. Ella sirve a un vejete engerto en zorra, entre sombrero y gorra; sombrero en los bateos, que hay confites para aparar, y gorra en los convites. Yo he hablado sin que nadie me lo vede, vuesasté no replique, que no puede; vamos que ésta es mi historia verdadera, para el paso en que estoy, que es de montera.Salen cantando en tono de jácara MARÍA y PERENDECA con sus mantellinas. El ESPORTILLERO con la ropa acuestas y el BARBERO también con ella rebozado. Canta MARÍA: Mal haya la vida mía, si te envidio, Perendeca, cuando veo que a tu miel tantas moscas se le pegan, porque son como barquillos los mocitos sin hacienda, que entretienen y no hartan y al primer toque se quiebran.Al BARBERO PERENDECA: ¿Qué me quieres, Barberito que todas somos barberas? Pues de la vena del arca sangramos por excelencia. En no dejándoles sangre, pedimos aprisa venda, venda, venda, y si no vende, picamos en otra vena. De los galancetes ninfos, que con nosotras se afeitan, sus bolsas son las bacías, las navajas nuestras lenguas.Al ESPORTILLERO Tú sabes también que tengo un poco de esportillera, pues llevo un recado ajeno por dos cuartos hasta Armenia.Al CALDERERO Quédate, Caldererillo, que es decirme que te quiera machacar en hierro frío. Y tú, Marica, te queda, que ésta es mi posada, y temo que si a venir mi amo acierta, como a ratones con queso, a todos nos coja en ella. BARBERO: Yo no me tengo de ir hasta que me favorezcas, que basta que por tu causa ha un mes que no veo mi tienda. ESPORTILLERO: ¡Hase de ir que sólo yo me quedo con Perendeca! CALDERERO: ¿Qué es eso, pícaro? Él es el primero que ha de ir fuera. PERENDECA: Hombres que me destruís, idos, antes que anochezca, que vendrá mi viejo.Dentro VEJETE: ¡Hola! PERENDECA: Con todo dimos en tierra. Él me mata si te ve, porque tengo orden expresa que no me junte contigo. CALDERERO: Bueno, y acá somos bestias. VEJETE: ¡Abre aquí, diablo! PERENDECA: Ahora bien; póngase aquesta caldera, y con estos tres martillos vuestastedes den en ella como en el real de enemigo. BARBERO: ¡Linda invención! CALDERERO: Sí, es tan buena; póngase vuested aquí.Pónese de rodillas CALDERERO con la caldera metida en la cabeza, y BARBERO, ESPORTILLERO y MARÍA con los martillos alzados, los brazos de figuras, y sale el VEJETE BARBERO: Guarda la gamba. CALDERERO: Aquí entra justicia, y no por mi casa. VEJETE: ¿Dónde estabas, mala hembra? PERENDECA: Con este rüido no oía. VEJETE: Pues, ¿qué figuras son éstas? PERENDECA: Como ha dos días no más, que parió la calderera; por el rüido, el obrador ha enviado acá estas mesmas, en levantando este muelle... CALDERERO: ¡Molidas las carnes tengas! PERENDECA: ...trabajan como personas. CALDERERO: ¡Mal trabajo por ti venga! VEJETE: Veámoslo. PERENDECA: Da un pellizco debajo de la caldera.Dale un pellizco el VEJETE a CALDERERO, vase a levantar y dale con la caldera en la cara CALDERERO: ¡Ay, mi brazo! VEJETE: ¡Ay, mis narices! PERENDECA: Si tú te llegas tan cerca...Dan todos tres sobre la caldera al son que hacen los herreros VEJETE: ¡Hay tal rüido! Hazlos callar; y tú, ponte a asar la cena, que hay un convidado, y este quebradero de cabeza al herrero que echa chispas. Presto que ya doy la vuelta.Vase el VEJETE CALDERERO: ¡Es muy mal hecho pegar como si fuera de veras!Riñen por encima de la cabeza de CALDERERO, que aún ha de tener puesta la caldera, y ellos los martillos con que dan en ella BARBERO: Mas mal hecho es engerirse donde le quieran por fuerza. ESPORTILLERO: Y el mondanísperos, diga: ¿quién le quiere, o quién le ruega? BARBERO: Pues tú a mí, don Esportilla. ESPORTILLERO: Pues tú a mí, doña Lanceta. CALDERERO: ¡Riñan allá, valga el diablo, los vulcanos de la lengua! MARÍA: Yo me voy, amiga.Llama el VEJETE VEJETE: ¡Moza! PERENDECA: Ya vuelve. ¡Hémosla hecho buena! Que sin querer yo a ninguno en estos rüidos me metan. VEJETE: ¡Abre aquí, picaronaza! PERENDECA: Entre, y véalos. TODOS: ¡Clemencia, ten lástima de nosotros! PERENDECA: Ahora bien, pónganse apriesa todos a gatas; y el uno, zámpese por la cabeza aquesta media tinaja.Pónense BARBERO y ESPORTILLERO a gatas, una tabla atravesada encima, y en ella sentado CALDERERO, con media tinaja dentro la cabeza, y un barreño de ceniza a los pies CALDERERO: Pues,...¿qué he de ser? PERENDECA: Chimenea. VEJETE: Diablo, ¿dónde estás? PERENDECA: Ya voy. CALDERERO: ¡Alto! De esta vez, me queman. VEJETE: ¿Hay tal esperar? ¿Qué hacías? PERENDECA: Quería aliñar la cena... VEJETE: ¿Qué aún no la tienes asada? ¿Acá estáis vos, buena pieza? MARÍA: Con licencia de vuested. VEJETE: Vos os tomáis la licencia, dad acá; yo lo asaré mientras vais por vino. ¡Apriesa! y tú, sopla. MARÍA: Que me place.Pónese a asar el VEJETE e hinca el asador en las tripas de CALDERERO. MARÍA sopla, y llena las caras de ceniza a los tres CALDERERO: ¿Soy cecina, que me humean?Canta MARÍA: Los morillos, ¿Qué dicen de aqueste soplo? ESPORTILLERO: ¡Que Miércoles de Ceniza se ha vuelto el CorpusSaca la cabeza por la tinaja muy tiznada MARÍA: ¿Qué dijera, si hablara la chimenea? CALDERERO: ¡Qué está buena su madre y humazos la echan! VEJETE: ¡Valga el diablo la pared que un agujero no tenga en que entrar el asador! Pues yo se le haré por fuerza. Oigan; ¡qué rebelde está! CALDERERO: ¡Dios mío, que me barrenan pensando que yo soy capón! Quiero espantarle con tierra.Échale tierra VEJETE: ¡Jesús, qué se cae la casa! MARÍA: Es la chimenea vieja, y cayóse algún terrón. VEJETE: Míralo; toma esa vela.Entra PERENDECA con un jarro de vino al tiempo que prende unas estopas que han de estar en la boca de la tinaja PERENDECA: Aquí está el vino, señor. MARÍA: ¡Ay, Dios! VEJETE: ¡Fuego, que se queman la chimenea y la casa! PERENDECA: ¡Agua! MARÍA: ¡Fuego! VEJETE: ¡Agua, y apriesa! PERENDECA: Echa por este cañón.Echan jarros de agua por la boca de la tinaja CALDERERO: ¡Que me mojan! ESPORTILLERO: ¡Que me tuestan! BARBERO: ¡Que me cuecen! CALDERERO: ¡Que me asan! ESPORTILLERO: ¡Que soy sopa! BARBERO: ¡Que soy yesca! VEJETE: Aplacóse todo. ¿Es algo? CALDERERO: Más de lo que yo quisiera. PERENDECA: Que no fue nada, señor. CALDERERO: ¡Mientes como mala hembra! PERENDECA: ¡Plega a Dios que venga ya el convidado! CALDERERO: De piedra, para alegrarte los cascos. VEJETE: Oyes, ten puesta la mesa mientras le voy a llamar.Vase PERENDECA: De muy buena gana. VEJETE: Cierra. CALDERERO: Esto ha sido gran traición. BARBERO: Esto ha sido grande afrenta. ESPORTILLERO: Esto ha sido gran dolor. PERENDECA: Díjeles yo que me vieran, miren cuál están los pobres.Ríese CALDERERO: ¿De qué te ríes, esenta? PERENDECA: Ahora bien; váyanse al punto, no aguarden a la tercera. CALDERERO: ¡Bercebú que tal aguarde! ESPORTILLERO: ¡Judas, que en tal se pusiera! BARBERO: ¡Caifás, que tal intentara! TODOS: Vamos.Hacen que se van y llama el viejo VEJETE: Abre, Perendeca. CALDERERO: ¡Válgate el diablo por viejo, y qué listo que andas! PERENDECA: Tengan, que ya he empezado y por libres los tengo de dar. CALDERERO: ¡Carena!Hacen todo lo que van diciendo. Al BARBERO y ESPORTILLERO PERENDECA: Pónganse ellos dos de bancos.A MARÍA y al CALDERERO Ponles tú estas dos carpetas, yo le pondré estos manteles a él, que ha de ser la mesa. VEJETE: ¡Muchacha que hace sereno, ábreme! CALDERERO: Por medio sea. BARBERO y ESPORTILLERO: Señora mesa, ¡chitón! CALDERERO: Señores bancos, ¡Paciencia!Sale el VEJETE y el CONVIDADO, que es otro vejete VEJETE: Si no fuera por el huésped, ¡relamida yo os hiciera! PERENDECA: ¿Piensa vuested que podemos acudir con tal presteza de la cocina a la sala y de la sala a la puerta? CONVIDADO: No haya más, por vida mía. VEJETE: Traed la cena. CALDERERO: La postrera.Siéntanse en los bancos; ha de haber en la mesa unos panecillos y candelero con luz. A MARÍA VEJETE: Y tú, pues aún no te has ido, cántanos alguna letra. BARBERO: ¡Cuerpo de Dios, cómo pisa! ESPORTILLERO: ¡Cuerpo de Dios, cómo pesa!Canta MARÍA: Sacóme de la prisión... CALDERERO: A mí me ha metido en ella.Canta MARÍA: ...el rey Almanzor un día. Sentarme a la su mesa, hízome gran cortesía. ESPORTILLERO: Del mal, no tanto; comamos.Alza la mano ESPORTILLERO, y quítale el bocado de la boca al CONVIDADO CONVIDADO: ¡Zape! ¡De la mano mesma me le quitó! VEJETE: ¿Qué? CONVIDADO: El bocado. VEJETE: ¿Quién? CONVIDADO: El gato. VEJETE: ¡Buena es esa; no hay gato en toda la casa! Echa vino, Perendeca; déjalo ahí. CONVIDADO: Buen color, ¿de dónde es? PERENDECA: De la taberna. BARBERO: Adonde quiera que fueres haz como vieres.Echa vino, pónenlo en la mesa, alcánzalo BARBERO y bébeselo y vuelve a poner el vaso donde estaba CALDERERO: ¡Qué sea en todo tan desgraciado, que comer ni beber pueda! Pero ¿éste no es el jarro?Bébese el jarro el CALDERERO y lo vuelve a su sitio. Toma el jarro el VEJETE VEJETE: Brindis, mas ¿qué es esto? ¡Espera! ¿Y el vino? PERENDECA: Ya lo bebiste. VEJETE: ¿Yo? ¿Qué dices? CONVIDADO: Treta vieja. Echad otra, y acabemos. VEJETE: No me acuerdo, pero echa.Hace que echa vino PERENDECA: No hay vino, señor. CONVIDADO: ¿No? VEJETE: Pues, es ésta la vez primera que bebemos, y ¿no hay vino? CALDERERO: Habrá seis horas que cenan. ESPORTILLERO: ¿Es cena de carpinteros? BARBERO: ¿Es cena, y comida es ésta? CONVIDADO: Compadre el duende es vinoso. VEJETE: En nada que hacer aciertas, ¿qué plato es éste?Es un plato medio quebrado PERENDECA: No hay otro. CALDERERO: ¿Mas que me da en la cabeza con él? VEJETE: ¡Valga el diablo el plato!Quiébrasele en la cabeza, y caen los cascos en el suelo CALDERERO: ¡Ay, qué he salido profeta! VEJETE: ¡Qué me sumo! CONVIDADO: ¡Qué me hundo! CALDERERO: ¡Sumidos y hundidos mueran! VEJETE: Oigan. ¿Esto tengo en casa? ¿Quién sois? CALDERERO: Señor, una mesa de garito, donde dan golpes de todas maneras. CONVIDADO: Y vosotros, bergantones, ¿quién sois? ESPORTILLERO: Dos bancos que quiebran. BARBERO: Dos asientos sin fïanzas VEJETE: Atad ése a su cabeza, que yo ataré éste a los pies.Atan al CALDERERO por los pies, y con el mismo cordel al ESPORTILLERO por la cintura, y luego al CALDERERO por debajo de los brazos; y al BARBERO con el mismo cordel de la cintura, y en dando al ESPORTILLERO con un matapecados huye, y arrastra al CALDERERO, y lo mismo sucede el con BARBERO. Los que aporrean son los dos viejos CALDERERO: ¿Soy cama, que me encordelan? BARBERO: ¡A hüir, que anda la paliza! ESPORTILLERO: ¡A hüir, que anda la azotea! CALDERERO: ¡Ay, que no creí a mi madre que dijo, "arrastrado mueras!" BARBERO: ¡Quedito, que me acribillan! ESPORTILLERO: ¡Quedito, que me derriengan! CALDERERO: Escarmentad, ojitiernos, que arrastran por perendecas.
Texto electrónico por Vern G. Williamsen
y J T Abraham
Formateo adicional por Matthew D. Stroud
Actualización más reciente: 26 Jun 2002